Artículo.
Arte y Gastronomía. El maravilloso menú de Giuseppe Arcimboldo
Introducción.
Una variante de estos cuadros, y quizás la máxima expresión de la originalidad del reto pictórico que se planteaba con estos cuadros, eran los retratos invertidos. Están compuestos para ser observados al derecho y al revés y debían tener sentido en las dos posiciones.Giuseppe Arcimboldo, pintor manierista italiano del siglo XVI, sobradamente conocido, hacía arte sin cocinar; pero Arte de verdad.
Arcimboldo no fue un pintor cualquiera, ya que se puede decir que revolucionó el concepto de retrato y el de bodegón, creando fantásticas composiciones de rostros de personas a partir de alimentos.
Sus más originales obras son retratos compuestos con flores, frutas, verduras, peces, aves, animales u objetos varios, lo que constituye un estilo único en la historia de la pintura, pero en mi opinión, los más impresionantes son los que compuso con comida, concretamente los de frutas y verduras.
Hay quienes hacen comida con la comida o sea cocinan y hay quienes hacen Arte.
El maravilloso menú de Giuseppe Arcimboldo. De la serie de “Las cuatro estaciones”, el cuadro “El otoño”, para mí, el máximo exponente de la pintura gastronómica. Se trata de una amalgama de racimos de uvas, peras, hojas de parra, calabazas, castañas, setas, etc.; que conforman un retrato de perfil de un hombre de mediana edad. Quien lo contempla de lejos, sobre todo si lo hace por primera vez, tiene que frotarse los ojos acercarse y ver cómo el rostro humano se desmorona delante de sí mismo, quedando reducido a un motón de frutas.
“La primavera” se encuentra en el museo de Bellas Artes de San Fernando (¡en Madrid, junto a la puerta del Sol!)
Un cesto con jugosas frutas, se torna en un rostro de exuberantes rasgos |
Un asado se convierte al voltearlo en una siniestra cara. |
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